En consecuencia siempre se aconseja la práctica del sexo anal utilizando un condón (la pedicación sin condón es también muy arriesgada para el amante «activo»).
Es importante prestar cuidado a la hora de extraer el condón de su envoltorio, para no dañarlo con las uñas y evitar que pudiera romperse. Si la práctica de la pedicación o sexo anal se efectúa sin condón, en todo caso es —aunque parezca obvio— imprescindible el máximo de higienización del ano y del recto así como del pene en el momento inmediato previo a la pedicación.
Si la penetración anal se practica con o sin condón siempre se recomienda que, durante el momento de relaciones sexuales, se efectúe después de toda felación y —sobre todo— después de la penetración vaginal para evitar infecciones generalizadas a partir de los gérmenes que puedan encontrarse en el ano y recto.
La higiene es importante para una buena salud del ano y para la práctica del sexo anal. El lavado con jabón neutro y agua guardarán el ano limpio. El lavado debe hacerse con suavidad. También es importante que el papel usado diariamente no sea abrasivo. No debe practicarse un coito vaginal, luego del sexo por el ano, sin el lavado a fondo del pene, con suficiente agua y jabón. Se evitarán de esta manera posibles infecciones en los genitales femeninos por bacterias de la flora del recto.
El cuidado normal facilita que exista una hidratación natural que permite que la piel que le rodea esté suave y elástica.