EL DESEO Y SU ESTÍMULO

[postlink]http://web-strap-on.blogspot.com/2008/05/el-deseo-y-su-estmulo.html[/postlink]Con independencia de la llamada al deseo que puede originar el poder romper un tabú, existen razones antropológicas por las que la visión de un trasero provoca deseo sexual.

Gräffenberg, el investigador alemán que descubrió el Punto G y le da nombre, creía que la postura ideal para estimular esa zona -y obtener la máxima excitación- era la penetración por detrás como lo hacen todos los cuadrúpedos, ya que el ser humano evolucionó desde primates que aún no eran bípedos, para posteriormente erguirse. Muchos estudiosos siguieron considerando que la postura cara a cara era exclusivamente humana y por lo tanto «antinatural» pero las últimas investigaciones con bonobos nos han develado que ellos también usan la penetración cara a cara y que las hembras también tienen el clítoris fuera de la vagina

El comportamiento sexual de los bonobos, que practican besos con lengua, penetración por delante y por detrás, felaciones, cunnilingus, frotamientos, masturbación y tocamientos diversos; y todo esto indistintamente del sexo del otro bonobo, ya sea entre machos, entre hembras, solo, acompañado o en grupo revelaría que la naturaleza de estas prácticas pudiera no estar ligada a la cultura sino a la naturaleza de la especie.

Con independencia de que se produzca la penetración, la visión de un ano, su caricia y sobre todo el contacto del pene con uno puede provocar fácilmente la erección. Los glúteos humanos son de hecho proporcionalmente más grandes que los de otros primates. En parte por el bipedismo pero, según algunos estudiosos, también para fomentar la atracción sexual.

Puesto que el valor evolutivo del sexo es fundamentalmente reproductivo eso explicaría el relativo mayor tamaño de las nalgas femeninas. La utilidad social del sexo —al igual que ocurre en los bonobos— explicaría el deseo de penetrar a individuos del mismo sexo.

Los glúteos asimismo son muy sensitivos y, si la experiencia de las caricias estimula el deseo sexual, en algunas posturas de práctica del coito lógicamente también se produce un contacto rítmico con los glúteos, lo que es un fuerte estímulo sexual para ambas partes.

En cuanto a cual es la morfología de glúteos que se considera deseable, esta ha variado con la cultura: en algunas épocas se preferían prominentes y en la actualidad se valora que sean visibles, pero a la vez firmes y armoniosos.